Cómo cambió un dia mi planificada vida: con un desengaño amoroso. Fue una iluminación grandiosa del intelecto. Me preguntaba tristemente qué podía esperar de nadie si cualquier cosa podía ocurrir. Entonces sobrevino: sí, cualquier cosa puede ocurrir. Así fue como superé el sempiterno pesimismo aplastante.
Las grandes verdades son sencillas como las briznas de hierba. (¿Dijo alguien ya esto?)
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